Su voz se convirtió en un referente mundial en la defensa de los excluidos y de los derechos humanos.
Ofrecemos algunos textos que apelan a nuestra responsabilidad ante la realidad injusta que vivimos.
El Nobel de Literatura, José Saramago, en una de sus conferencias titulada: "Por un mundo sin esclavos y sin cadenas" dibujó un mundo hipócrita e injusto, plagado de mentiras. "Nos engañan, nos llevan donde quieren". Para Saramago "el espectáculo del mundo es absolutamente deprimente" y afirmó que “en este mundo nadie está dispuesto a hacer crítica de la democracia, a reinventarla, en términos utópicos”, y ocurre que “aunque el ciudadano influya con su voto en la vida política de su país, su voluntad no llega a la esfera económica y financiera”. Por el contrario dijo, vivimos rodeados de inutilidades, "mientras millones y millones de personas no tienen nada ni salud ni vivienda, nada". Y pidió pide más crítica, más valentía y apeló al sentido de responsabilidad de los medios y los ciudadanos. "El silencio es lo peor que hay".
El Nobel de Literatura, José Saramago, en una de sus últimas conferencias en 2008, consideró a los maestros como "los auténticos héroes de nuestro tiempo", que son "humillados, despreciados y agredidos" y que "hacen lo que pueden" porque "la familia dimitió de su obligación" de educar, "transfiriéndola a quienes sólo pueden instruir". Argumentó que la "auténtica educación no es la educación de saber" datos de cultura general, "no se trata de eso" sino de "educación en el sentido del respeto por el otro, de la conciencia de nuestro lugar en la sociedad, de qué es lo que la sociedad tiene derecho de pedirnos, qué es lo que nosotros tenemos la obligación de aportar". Y se mostró partidario de la "reflexión y la crítica" aunque, según reconoció, "no son las palabras las que cambian las cosas, son los hechos". Así, dijo no entender cómo "después de tanta filosofía y tanta revolución se permite que millones y millones y millones de personas se mueran de hambre".
¿Cómo sería el mundo si en vez de exigir nuestros derechos nos comprometiéramos a cumplir ciertos deberes? Un grupo de intelectuales promueve una Carta de Deberes, inspirada en reflexiones del escritor José Saramago:
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